Dicen que desde el
desamor se escribe mejor, dicen que cuando tu corazón está ocupado en otras
cosas, las letras no son capaces de unirse con un mínimo de significado.
Quizá tengan razón, y
quizá por eso vuelvo con vosotros después de una larga ausencia. No sé si debo
o debéis o puedo o podéis alegraros por mi vuelta, pero yo lo veo como una
vuelta más de los engranajes de mi vida, una vez más en el que dos personas
maravillosas (o al menos una de ellas, que está mal que yo me tilde de
maravilloso, aunque así lo piense) deciden separar sus vidas.
No puedo negar que
estoy triste, no puedo negar que yo creía que este libro no había llegado a su
The End particular, pero así ha sido y lo acepto. Ahora toca continuar, pasar
página y pensar que, quizá no debía de ser, o que quizá no era el momento
oportuno.
No hay mejor Prólogo
que el triste, porque el resto de la historia sólo puede ir a mejor, o eso me
han hecho creer todas las historias de amor que he leído, y yo soy fiel creyente del amor como realidad universal, y no sólo por una persona, sino por la vida en general, y,
de forma correcta o no, de momento es lo que me ha guiado en mi vida, y de
momento sigo en ella, así que alguna batalla habré ganado en este proceso digo
yo.
Desde este punto
vuelvo a Reflexiones de un Miércoles Cualquiera, se estaba muy calentito fuera,
pero había una pequeña parte de mi que estaba deseando volver, tan sólo detenida
por tus ojos, que le impedían el paso.
Sin más, encantado de
volver a veros, de volver a sentir que formáis parte de mi vida, y encantado de
volver, humildemente, a expresaros mis opiniones, vivencias y demás con las que
volveré a darle vida a este, mi pequeño espacio virtual.
Saludos.-